La fluctuación máxima de un volante se refiere a la diferencia entre sus velocidades angulares más alta y más baja durante un ciclo completo de funcionamiento. Representa el grado de variación de velocidad que experimenta el volante debido a cambios en la carga o la entrada de energía. La gestión de esta fluctuación es fundamental para garantizar un rendimiento uniforme y estable, ya que una variación excesiva puede provocar desequilibrio mecánico e ineficiencia. Los volantes están diseñados para minimizar esta fluctuación y mantener una velocidad de rotación constante.