La incidencia se refiere al ángulo en el que un rayo de luz incide en una superficie, como una lente o un espejo. Se mide desde la normal (una línea imaginaria perpendicular a la superficie) hasta el rayo entrante. El ángulo de incidencia es crucial para determinar cómo se comportará la luz tras la reflexión o refracción según las leyes de la óptica.